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El
I Ching es un libro de sabiduría oriental de origen milenario.
Es considerado como uno de los grandes textos espirituales del mundo.
Su sabiduría proviene de las observaciones obtenidas por sabios
y santos de la antigüedad, los que le imprimieron su conocimiento
profundo y esotérico sobre la humanidad, el Universo y sus
ciclos.
Cuando consultamos el I Ching, los hexagramas que recibimos como
respuesta, habitualmente se refieren al modo en cómo nos
relacionamos con los acontecimientos y circunstancias de nuestra vida,
o, cómo necesitaremos acompañar y transitar los sucesos
por venir.
Buscamos, preguntamos, indagamos y El Sabio nos obsequia con su
guía. El consejo que necesitamos está en correspondencia
con lo que nuestro ser interior, los tiempos del cielo y la naturaleza,
nos proponen.
Kim Ki duk no lo pudo reflejar mejor en su film “Primavera,
Verano, Otoño, Invierno y otra vez Primavera” (2003) donde
un viejo maestro enseña a crecer a un niño, reflejando
una impecable analogía en el devenir de la naturaleza y la vida
humana a través del pasaje de una estación a otra.
Si al consultar el I Ching, logramos despojarnos de nuestros prejuicios
abriéndonos humildemente, a través de su consejo, a lo
que está más allá de nosotros; en determinado
momento de la lectura sus palabras resonarán como si se
despegaran del texto, generando un impacto y dándonos la clave
de la respuesta; describiendo, a través de las acciones de
“Hombre superior”, cómo nos relacionamos con
nosotros mismos y con el maestro que llevamos dentro.
Tengamos en cuenta que el I Ching, como todo libro esotérico,
genera un estado, un efecto. Al llevarnos a cierto plano de conciencia,
nos pone en contacto con lo que llamamos nuestro intuitivo conocimiento
del Tao. Por eso, es considerado una herramienta para el desarrollo
personal.
Lo mismo sucede con todos los libros sagrados, los seres humanos
resuenan con ellos. Ya sea un salmo en la Biblia, o un de los pasaje de
La Torah (Torah significa "dirigir el tiro". Por ello, su significado
es guía para dar en el blanco) o el Bhagavad Gita. Estos grandes
libros espirituales de la humanidad encierran además de una
cosmogonía, las enseñanzas para el camino evolutivo del
hombre.
Leer el I Ching puede convertirse en una experiencia profunda y
transformadora. Él será un inseparable compañero,
guía y consejero en nuestro proceso de crecimiento y desarrollo
personal. Nos ayudará a reflexionar, ampliando nuestra mirada
respecto a un determinado acontecimiento o circunstancia. Y así,
como señalan las principales corrientes espirituales,
será un hecho que: "Cuando cambias el modo de mirar las cosas,
las cosas que miras cambian".
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noviembre de 2011
Rev Dig UNIVERSO Nueva
Era
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