Despertar cada día como quien enciende un piloto
automático y efectuar el ritual preconcebido de asearse, alimentarse, vestirse,
estudiar y/o trabajar, aparearse, ir al banco, al supermercado, regresar al
hogar e invertir el proceso hasta dormir para al día siguiente repetir el día a
día, pareciera ser el denominador común de la mayoría de los seres humanos,
quienes en su afán de tener han dejado de “Ser”, complaciendo a otros para ser
aceptados y respetados, han desestimado su propia vida, adormecidos se han
separado de su profundidad, extraviando así su verdadera identidad, su “Yo”.
Envueltos por el Ego se conducen a una existencia absurda
donde, conscientes o no, se convierten en la principal víctima en el diario
vivir alejando toda posibilidad de sentirse bien.
Sabes, es importantísimo estar bien; ya que la felicidad
es nuestro estado natural y esta fluye desde dentro, nada ni nadie nos dará
felicidad, cuando nos empeñamos en buscarla afuera sólo se cosechan oleadas de
infelicidad en forma de apegos, dependencias, conformismos, malestares,
enfermedades y por ende sufrimientos.
Cuando se está bien, nada es complicado, nada es difícil,
pues estamos en nuestro ritmo, en nuestra vibración, en nuestro centro,
alineando nuestro eje energético al corazón del Universo.
No podría ser diferente, pues nuestra Misión es Ser Feliz.
Si aceptamos que venimos a esta vida con esa tarea asumida, será más fácil
derribar las capas de las que se ha recubierto nuestro ser; inducido por la
repetición constante de pensamientos que se han convertido en creencias que nos
hacen actuar en consecuencia. Sólo derribándolas podremos accionar hacia el
encuentro de nuestro “Yo” perdido. Recordemos que no somos humanos para tener de
vez en cuando una experiencia espiritual sino somos seres espirituales
realizando experiencias humanas habitando un cuerpo de mujer u hombre
desempeñando tal o cual rol.
Quizás te preguntes, siendo así, en qué momento y porqué
tú seleccionaste esos pensamientos. Sucede que tu idea de ser feliz responde a
muchas influencias. Las ideas más influyentes las has escuchado de tu familia,
de la religión, de la sociedad. Seguro te podrán ser muy cercanas expresiones
como: “La vida es dura”, “La vida es difícil”, “Hay que sacrificarse”, “Nadie
puede ganar dinero haciendo lo que le gusta”, “Hay que trabajar duro para poder
vivir”, “Vivo para mis hijos”, “Todos los políticos son corruptos”, “Sólo los
pobres van al cielo”, “Esto es mi Karma”…
En el transcurrir de tu vida has ido aceptando, consciente
o no una que otra idea, las que más te han impactado son las que determinan tu
creencia personal actual, originando tu realidad. Ya basta de culpar a los
padres, a la pareja, al gobierno de turno; ya que afuera no hay culpables. Somos
responsables de lo que nos pasa.
Para tu tranquilidad debo recordarte que... la vida nos
ofrece constantemente la oportunidad para mejorar, desde tu libre albedrío, por
supuesto. Pendiente del reconocimiento que hagas de tu vida y del inventario de
las desgracias de la misma, eso sería insuficiente y peligroso además; pues hay
un alto riesgo de quedarte allí dando paso a la víctima.
Si no te gusta lo que es tu vida externa, revisa tus
creencias internas; es decir si no estas satisfecho con tu realidad actual,
entonces tienes que cambiarla.
Este puede ser el momento perfecto para retomar las
riendas de tu vida en tus manos y hacerte protagonista de tu vida, donde te
procuraras no uno, sino muchos momentos felices. Para ello deberás
conscientemente aceptar el poder que se te ha dado, ¡¡Si!!... el de vivir
plenamente. Acto siguiente: Agradecer al Universo, Dios-Madre-Padre por el hecho
de estar vivos, así que el quejarse no tiene cabida, pues esa opción equivale a
morirse en cómodas cuotas diarias. Mientras que la disposición de renunciar a
viejas creencias y de sembrar y afirmar nuevas ideas debe tener un espacio fijo.
Sólo así la voluntad encontrará tierra fértil para establecerse y germinar en
nuevas y mejores realidades.
Es importante tener absolutamente claro, que lo
fundamental no es tener, sino “Ser”, que de nada sirve tener si se carece de la
capacidad de disfrutarlo, y ubicar ese estado en el sendero de crecimiento. Es
bueno también saber que si bien todo crecimiento es absolutamente individual e
intransferible, nuestro accionar supone interrelación constante e
interdependencia. Todo es energía, somos energía y todas las energías del
Universo forman un único y complejo campo, por tanto somos de alguna manera
responsables de lo que esta pasando en nuestra familia, en nuestra comunidad, en
nuestro país, en nuestro continente, y por ende, en el planeta.
Consideremos pues, la importancia de responsabilizarnos en
nuestra transformación; ya que esta se extiende a los ámbitos ya señalados.
Ser responsable significa encontrar el equilibrio entre
mente, cuerpo y espíritu, ocupándonos con amor, humildad y dignidad de nosotros
mismos.
Siempre has de tener presente que la vida es un regalo
para crecer disfrutando y podrás decir en paz, tranquilo cada día... “Misión
Cumplida”... ¡¡¡Fiesta en mi Vida!!!... ¡¡¡Fiesta en nuestra vida!!!...
¡¡¡Fiesta en el Universo!!!...
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