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23 /11/2010 cumple 85 años
LA HUMANIDAD SE REALIZA EN
SATHYA SAI BABA, MAESTRO
ESPIRITUAL DE LA INDIA
Por Carmen Cecilia Lara - Caracas, Venezuela
sathya954@yahoo.com
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Hablar
de Sathya Sai Baba en un mundo dominado por el materialismo, los intereses, el
escepticismo, el miedo y lleno de contradicciones, cuesta. Más cuando es un
mundo donde la verdad espiritual está fragmentada y el camino al conocimiento es
dominado por corrientes, para las cuales, lo único que existe es lo que se
puede ver y medir. Donde, además, se desconfía de los valores humanos pensando
que estos no dan dividendos. Y, si a esto añadimos que las certezas se han
echado a un cesto de basura porque todo es relativo, podremos imaginar lo
difícil que puede ser hablar de un Ser que desde hace ochenta y cinco años está
sembrando Amor desinteresado e invitándonos a conocer la Verdad que representa Su
nombre.
Ciertamente
en medio de esta complejidad, que aparenta un caos, existe en esta tierra un
Ser que ha atraído a millones de hombres y mujeres, niños, jóvenes y ancianos
desde que El tenía 14 años. De chico se cuenta que ya comenzaba a materializar
objetos, entre ellos caramelos y pequeñas figuras, para jugar con sus
compañeros. También que cuando nació, instrumentos musicales se escucharon
tocar solos y una inmensa cobra apareció en su aposento. En la India este animal es
considerado sagrado, como un símbolo de sabiduría.
El
lugar donde vive y recibe a todos sus devotos, que se conoce como Prasanthy
Nilayam, fue construido gracias a donaciones de todas partes del mundo. Está
ubicado en un pueblecito llamado Puttaparthy, que en su inicio era una pequeña
aldea y ha crecido estimulado por la afluencia de millones de personas que van
en peregrinación durante todo el año. Allí se pueden ver rostros de todas las
latitudes y de todos los rincones de ese inmenso país, llamado también Barat.
Sathya
Sai Baba ha impulsado la creación de más de cien escuelas gratuitas en todas
partes del mundo donde se imparte una educación inspirada en un programa creado
por El, basado en valores humanos, a través de técnicas como el teatro, la
meditación y el silencio, herramientas para la formación de hombres y mujeres
íntegros, que no teman mirar hacia dentro y que al mismo tiempo estén en
capacidad de devolverle a la sociedad lo que han recibido a través del
servicio. Podríamos decir que a través de este programa educativo se comienza a
resolver la contradicción entre el bienestar individual y el colectivo, falsa
creencia que tanto dolor de cabeza ha traído a la humanidad.
Además
de esta inmensa obra, en la India Sai Baba,
como cariñosamente le llaman sus seguidores, ha promovido la edificación de
hospitales, universidades, escuelas primarias y secundarias, todos gratuitos y
algo aún quizás más novedoso, una inmensa construcción hidráulica para el
tratamiento de las aguas dirigida a buena parte del sur de la India, donde centenares de
aldeas, las más humildes fueron beneficiadas, salvando miles de vidas gracias a
que ya no deberán consumir agua
contaminada.
Y
si esto fuera poco, el Avatar de la Era
Dorada, como también se le conoce, ha despertado a través de
sus milagros, la fe dormida en millones de seres humanos, que al estar sólo en
su Presencia y al ser testigos de miles de testimonios, comienzan a aceptar la
existencia de otras realidades no tangibles, a obtener respuestas para la
pregunta ancestral de quiénes somos, de dónde venimos, hacia dónde vamos. Sai
nos habla con gran franqueza, de forma sencilla y nos señala el camino.
En
el párrafo siguiente podremos leer directamente una pequeña muestra de su
mensaje:
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“La vida es un mosaico de placer y dolor
— la pena es un intervalo entre dos momentos de alegría. (…) No hay rosa sin
espinas; el recolector diligente evita las espinas y recoge las flores. No hay
abeja sin aguijón; lo ingenioso es cosechar la miel de todos modos. Los
problemas y trabajos te perseguirán. Pero no debes permitir que te desvíen del
camino del deber y la entrega. Hoy el mundo está afligido por la ansiedad, el
miedo, la depresión, el odio, la codicia y la sospecha. La única manera en que
se puede arreglar el mundo es que el ser humano se dé cuenta de su elevado
destino; ya que todo hombre anhela dos bienes: alcanzar la alegría y huir del
pesar” |
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noviembre de 2010
Rev Dig UNIVERSO Nueva
Era
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