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En
toda carta natal existen unos planetas mejor ubicados y aspectados que otros.
Siempre ocurre así. En unas áreas de la vida estamos favorecidos y en otras no.
Es precisamente en las áreas difíciles en donde debemos trabajar y esforzarnos
por ser mejores, por superarnos a nosotros mismos. Llamamos
karma a los retos de la vida, a esas situaciones del destino que nos obligan y
que no deseamos enfrentar.
Cuando Marte resulta ser el
planeta que se encuentra afligido en nuestra carta natal nuestro karma estará
relacionado con las acciones, con ese impulso a ser activo, a tener fe en uno
mismo, en la disposición para enfrentar
las luchas de la vida autoafirmándonos mediante la agresión y el combate.
La
energia de Marte siempre se dirige hacia el exterior, pues indica iniciativa,
ejecución, conquista y competencia. Cuando por causalidad nacemos bajo un cielo donde Marte vibre negativamente,
experimentaremos muchos conflictos. Esta forma negativa en que puede expresarse
la energia marcial en nosotros tomas dos características básicas; la primera es
cuando Marte se encuentra muy débil, ya sea por una fuerte conjunción con Neptuno
en un signo femenino sin recibir aspectos de otros planetas dinámicos como el
Sol, Júpiter y Urano o configuraciones de otro tipo, pues existen muchas formas
en que las energías de un planeta se presentan en debilidad.
En
el caso de debilidad de Marte nos faltará disposición para luchar por nuestras
ambiciones, incluso combatir para defendernos de nuestros agresores. Podemos
poseer un coeficiente intelectual alto y tener ideas maravillosas, pero nos
faltará fuerza ejecutora, la cual tendremos que desarrollar por esfuerzo
personal. Es importante entender que las personas flojas, débiles y falta de
carácter, se comportan de ese modo porque tienen dificultad con su energia, no
porque lo deseen. Esta situación genera un tipo de destino o karma. Es muy posible
que el individuo sea un fracasado en muchas áreas de su vida, ya que le falta
disposición para buscar el triunfo y dirigirse hacia sus metas. Injustamente
podemos llamarle flojo, perdedor, cobarde, etc.
Esto generará muchos problemas por falta de autodefenza, convirtiéndolo
muchas veces en víctima de la agresión de otros. Para superar está condición karmática debemos aprender a
utilizar nuestra fuerza de voluntad, obligándonos a nosotros mismos a actuar,
de lo contrario la vida nos empujará llevándonos a los distintos escenarios y
situaciones en las que no tendremos otras alternativas que evolucionar. Es
doloroso, pero esforzarse para aquellos que no disponen de un Marte fuerte en
su naturaleza interna, es una tarea difícil, es un karma.
La
manifestación negativa de la energia de cualquier planeta ocurre tanto por
defecto como por exceso. Cuando Marte se encuentra muy activo pero inarmónico o
tenso en una carta natal, la situación karmática es de otra naturaleza. Un
ejemplo de este cuadro energético puede ser el de una conjunción de Marte con
Urano en un signo de fuego o en el ascendente, recibiendo aspectos tensos del
Sol, Saturno o la Luna,
así como otros múltiples factores que pueden sobre-estimular y tensar la
vibración marcial. El karma o destino en este caso estará estrechamente
vinculado con acciones temerarias, de imprudencia, de riesgo, de conflicto, de
un exceso de independencia, de impaciencia etc.
Para
este individuo tan agresivo, que actúa y después piensa, se presentará una
situación karmática típica, ya que no hay que ser adivino para observar en su
destino situaciones de violencia, de inestabilidad, de imprudencia, los cuales
pueden llevarle a escenarios dolorosos como accidentes, litigios, peleas etc.
Existirá sin duda una rebeldía sin causa y una falta total de respeto y
subordinación a la autoridad, ya sean estos los padres, profesores, jefes en un
empleo, policías, y hasta leyes o normas que todos debemos cumplir.
Si
en el primer caso tenemos el karma de la pereza que deberá aprender a moverse
con rapidez, en el segundo tenemos el del potro salvaje que deberá aprender a
llevar sus propias riendas y conducirse con moderación, respetando los límites.
Es
importante tener presente que como espíritus encarnados en la materia, razón
por la que tenemos gobierno sobre esta, tenemos la posibilidad de reorientar y
disciplinar toda energia heredada por nuestra alma al entrar a este plano el
día de nuestro nacimiento. Si esto no fuera así, no tendría sentido la
astrologia y la orientación que esta puede darnos.
Sabemos
que el carácter produce el destino. Este carácter tiene su base en el
temperamento, lo que guarda mucha relación con las energías de nuestro cielo de
nacimiento. Sin embargo podemos modificar el carácter educándonos desde muy
jóvenes o autotransformanos por nosotros mismos con los embates del destino.
El
karma no es insuperable. Del mismo modo que la ciencia corrige esos defectos
físicos que traemos por nacimiento, la educación puede ayudarnos a transformar
las energías básicas con las que nacemos. Nuestra tarea como seres encarnados
en la materia es trasmutar y elevar las
condiciones de la sustancia que tomamos al encarnar.
Predecir
un destino en cualquiera de los casos citados es muy fácil. Cualquier
inteligencia mediana puede darse cuenta de lo que le ocurrirá a alguien muy
flojo y falto de energia, y de igual modo puede adivinar lo que acontecerá en
la vida de alguien temerario e impulsivo, pero orientar para cambiar el curso
del destino marcado por las energías grabadas al nacer, y que deberán ser
reprogramadas, es una función obligada de todo orientador espiritual, en
especial el astrólogo.
La
nueva astrologia no predice el karma, sirve de instrumento para la
transformación del hombre, de lo contrario deja ser tener utilidad.
Los
padres deben conocer las energías con las que sus hijos deberán enfrentarse en
esta encarnación. La orientación de un astrólogo responsable puede ayudarles
para la educación de ese ser. Educar es elevar, es humanizar, es
espiritualizar. Los sistemas de educación actuales se transformarán, incluyendo
es sus programas métodos para ayudarnos en el manejo de la vida, métodos para
vivir y evolucionar.
noviembre de 2009
Rev Dig UNIVERSO Nueva Era
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