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Aportes de la Astrología sobre la
ODISEA DE LOS ANDES
Por
astr. Boris Cristoff
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La Tragedia y el Milagro de los Andes fue el de un grupo de
uruguayos en el siglo XX que protagonizaron la mayor odisea de los tiempos
modernos. Hace 2800 años el griego Homero describió la Odisea de Ulises después de
la Guerra de
Troya.
Esta vez, la nueva odisea
ha sido la mayor narración de la
Epica después de Cristo. Sirva de ejemplo de su universalidad que se han escrito quinces libros, cinco
filmes, multitud de videos y montañas de notas periodísticas a lo largo de
estos 38 años, los que no cesan de informar y ampliar el interés público.
Siete de los sobrevivientes al
costado del fuselaje del avión 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya
Hace ya 38 años en octubre
de 1972, tuve la ocasión de servir de guía astrológico y creativo parasicológico
a la familia Páez Vilaró, padres de Carlos Miguel Páez, uno de los rugbistas
uruguayos cuyo avión cayó en la parte más intrincada de la cordillera chilena
de los Andes.
Primero me consultó su
abuela materna y luego su madre Madelón Rodríguez de Páez. Ya éramos conocidos
desde mucho antes del accidente, lo cual enfervorizó mis deseos de serles útil
en dos puntos esenciales: si Carlitos aún vivía, en caso positivo cuándo sería
y en caso contrario, donde hallar sus restos en los Andes. Tuve mucho cuidado
de no mezclar la predicción con la amistad a mis consultantes, cosa muy problemática
entre los colegas.
La desaparición del avión
fue el viernes 13 de octubre de 1972. Ocho días después del accidente se
suspendió la búsqueda aérea de la aviación chilena, dándolos por muertos. Allí
comenzó la búsqueda de los familiares, algunos de manera personal y otros de
manera colectiva. La perspectiva no era halagüeña. Carlos Páez, el padre de
Carlitos Miguel se fue a Chile prometiéndose no volver hasta agotar todas las
posibilidades de búsqueda. El grupo principal de familiares adoptó el
procedimiento lógico de búsqueda oficial. Unos vieron al astrólogo Boris
Cristoff y otros a tarotistas.
La búsqueda oficial era la
lógica, la búsqueda esotérica era la astrológica. La lógica se basó en datos
lógicos. Se ubicó en el mapa la posición geográfica de acuerdo al último
contacto radial que fue a las 15h28. Allí fue la fuerza aérea a buscarlos
descartando otras zonas. Al no dar resultados positivos se fue ampliando los
radios de acción durante una semana, para luego perderles confianza y abandonar
toda búsqueda ¿Cuál fue el resultado de la búsqueda lógica? Cero. La lógica
decía que no podían estar fuera de la zona del paso de costumbre, que después
de días o meses de búsqueda no habría sobrevivientes en la montaña y que decía
cosas que el Destino se olvidó de tener en cuenta, ya que Lógica y Destino
nunca estuvieron de acuerdo.
La cosa más loca sucedió
sin importar lo que opinaba la lógica. El avión no estaba en la zona lógica ya
que adelantó el paso. Hubo sobrevivientes aunque la lógica experiencia decía
que nadie antes salió con vida en caídas en Andes. Una tercera parte de los
pasajeros sobrevivió durante 72 días sin alimentos normales a pesar que eso no
era posible. Y además, la salvación dependió del deseo de vivir, de la
cooperación de personas que ya pertenecían a un equipo deportivo siempre
dispuesto a triunfar y más aún de la calidad de sus genes y sus edades.
Paralelamente actuó la Astro-lógica, basada en la
certidumbre de una Unidad Universal que permite basarse en el lenguaje de los
astros, sincronizados con las vidas de las personas. El 17 de octubre, apenas
cuatro días después del accidente, vino Madelón a consultarme. Hice la carta de
Carlitos y de sus padres. A la primera pregunta le indiqué que Carlitos estaba
vivo sin lugar a dudas. A la segunda pregunta le contesté que por esta fecha
del año estaba sufriendo, pero que después de su cumpleaños, que sería el 31 de
octubre, se repondría de su estado. Lo principal para ella fue la fecha en que
volvería a ver a su hijo. Le predije que sería al mes siguiente de su
cumpleaños, fin de noviembre o principios de diciembre.
La incredulidad saltó sobre
su rostro ¿cómo podría estar con vida después de la caída de un avión en los
Andes y sobrevivir helados y sin alimentos desde octubre hasta diciembre de
1972? Madelón eufórica, le informó sobre mis predicciones a Carlos Páez en
Chile. Estas son sus propias palabras que figuran en su libro sobre los Andes:
“Madelón las extiende hacia
la Astrología
y consulta a Boris Cristoff, un astrólogo amigo mío, cuyos trabajos son muy
respetados. Con la urgencia del caso, Cristoff construye tres cartas natales
basadas en los datos que ella le da sobre nuestro hijo. En esos estudios
asegura que ya estaba señalado que Carlitos Miguel sufriría un accidente y que
sería encontrado con vida al mes siguiente de su cumpleaños. También que en los
treinta días antes de esa fecha, pasaría momentos de gran crisis. Además los
astros predicen que a partir del 1º de noviembre todo se va a clarificar”.
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Carta natal de Madelón: 04/08/1932, 4h00,
Montevideo, Uruguay |
Carta natal de Carlitos Miguel
Paez 31/10/1953,15h00, Montevideo, Uruguay
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Yo pregunté de nuevo a
Madelón si la fecha y hora natales de Carlitos era segura. Al confirmar esos
datos, volví a afirmarme en la misma fecha como la más posible para su
salvación. A la tercera pregunta le contesté que a esta altura, la Astrología aún no había
perfeccionado métodos espaciales para ubicarlo geográficamente. Pero le prometí
ocuparme del asunto por otros medios.
Entonces Madelón me pidió
que me comunicara a Holanda con mi amigo Gerard Croiset, el gran vidente del
siglo, de modo a indagar sobre sus videncias. Para ello nos trasladamos a su
casa en Carrasco, donde un familión nos esperaba sentado a la gran mesa del
comedor y a punto de almorzar. Delante de ellos llamé por teléfono a Utrecht
pero fue imposible porque en esos momentos se internaba para una leve
intervención de hernia. Al dia siguiente Madelón se las arregló para hacerlo
llamar desde la embajada holandesa. Croiset contestó que veia al piloto del
avión de rostro redondo y una vena muy hinchada en su sien. Tal cual era el
rostro del aviador Ferradás. Sobre el viaje de los rugbistas declaró “el avión
se deslizó y luego chocó, veo vivos y veo muertos” Esa fue la realidad: el
avión no chocó de primera sino que previamente se deslizó un trecho hasta luego
chocar, resultando vivos y muertos. Pero sobre el lugar del accidente Croiset hijo
dio muchos lugares y ningún acierto, los asistió con algunas predicciones
esperanzadores, pero los paseó por muchos cerros sin resultado.
La franja color sepia de la 1ª
figura y la linea roja de la 2ª figura (foto y dibujo) es la empinada senda que
hicieron para llegar a lo civilizado.
Descartadas estas
predicciones ahora quedaba lo único práctico y tangible: ubicar el lugar del
accidente, salvar si hay vivos como predijo la astro- lógica o recuperar a los
muertos como dedujo la lógica. Prácticamente para los familiares quedaba todo
por hacer. Mi promesa de ocuparme del asunto fue viajar a Holanda para inspirar
más al vidente, como antes me había sucedido con la búsqueda de los
secuestrados por los tupamaros. Pero no hubo decisión para pagar los gastos del
viajes y yo me quedé con una mano bajo la pera como la estatua del Pensador.
Acudí entonces a un buscador
de agua español, un humilde ex portero del Club Español y ahora asilado en el
Hospital Español, llamado Claudino Freigeiro. Había sido consultado por la
abuela de los Páez sin éxito. Lo llamé para que viniera a visitarme pagándole
la locomoción y aceptó. Al mismo tiempo la abuela o Madelón me trajo un plano
de Chile de unos dos metros de largo que aún poseo, donde se ven con claridad
todas las estribaciones y volcanes. Le pedí que buscara el avión con su varilla
a lo largo de la cordillera de los Andes. Claudino protestó por su incapacidad
para tener éxito en lo que yo le proponía, pero me basaba en las lecturas sobre
otros buscadores de agua, que habían ubicado fuentes termales sobre un plano y
no sobre el terrero real. Entonces le dije: “Dígame, usted me tiene confianza o
cree que le hago perder el tiempo? Claudino se deshizo en disculpas y me dijo
que yo gozaba de toda su confianza por la fama que yo tenía y que a su parecer le merecía. Entonces tomó su varilla y pasando
por la cordillera lentamente notó un salto a la mitad, que yo marqué con mi
lápiz. Me miró y le pedí entonces que siguiera hasta el final y luego pasara en
sentido contrario en toda su longitud. Al volver saltó de nuevo en el mismo
lugar, terminando su recorrido por segunda vez.
Puse mi dedo índice sobre
la zona del salto y medí con mi regla a escala del mapa, qué medida tenía la
circunferencia ocultada por mi dedo. A escala eran 30 kilómetros y en el
centro decía Volcán Tinguiririca. Se lo comunico de inmediato a Madelón, ella
llama a Páez a Chile, quien apresurado les informa a los carabineros que
busquen en esa área. La respuesta de la Fuerza
Aérea fue que “si están ahí, ya están muertos” y no siguieron
con la búsqueda.
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La vista satelital de Google
Earth indica en el centro el lugar de la caída del avión.
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Militares ayudando a un sobreviviente.
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Si hubieran hecho caso, hoy
los carabineros tendrían una enorme estatua en recuerdo de su hallazgo y proeza,
pero el destino quiso que fueran los mismos muchachos que habían solucionado el
tema de la alimentación, también tuvieran la proeza de salvarse ellos mismos,
encontrando tras cinco días el camino de la salvación. Eso fue el 22 de
diciembre de 1972, a
sólo 22 días de mi predicción y en el justo lugar. El resto es ya todo
historia. Muchos más datos hay en dos libros que me mencionan: “Viven” de Piers
Paul Reed y en “Entre mi hijo y yo la
Luna” título inspirado por mi, que mencioné la Luna que salvó a Carlitos.
Así terminó mi asesoramiento astrológico y mi creatividad parasicológica. Que
sirva para el futuro
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noviembre de 2010
Rev.
Dig. UNIVERSO
Nueva
Era
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