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Iniciar un nuevo paso de
evolución en cada etapa de nuestra vida involucra asistir a la más hermosa
ceremonia de reconciliación con nuestro pasado, no se trata de olvidarlo sino
de comprenderlo, de agradecer la mano bondadosa que la Creación nos brinda para
esta unión continua de los tiempos.
La decisión de avanzar en nuestro
camino evolutivo nos obliga a soltar el pesado equipaje con que hemos venido hasta
ahora transitando rumbo hacia nuestro propósito de ascensión. Y es que
generalmente no hemos estado conscientes de cuanta carga llevamos aun con
nosotros que ya no nos son útiles para este viaje. Tal vez esta sea la causa
por la cual nuestros cuerpos físicos aun tan densos sufren los embates de la
acelerada frecuencia vibratoria que estamos atravesando rumbo a un nuevo
universo, a lo cual se les ha llamado síntomas de la ascensión, que no son más
que aparentes enfermedades de nuestra materia al no estar en sintonía con los
niveles de energía que nuestros cuerpos superiores van alcanzando.
Y sí, en verdad nos damos cuenta
que estamos tocando las galaxias, que estamos en conexión con ángeles, que
meditamos por la construcción de una nueva tierra, que manejamos el conocimiento acerca de nuevos enfoques
científicos y filosóficos, pero pareciera que nuestra vida terrena se ha
quedado estancada, aspectos de nuestra personalidad se resisten a cambiar,
tales como rigidez de pensamientos, intolerancias en nuestras posiciones, y se
hacen necesarias entonces la aparición de situaciones que en relación con los
otros nos hacen comprender cuan equivocados estamos, y esto a veces nos golpea
fuertemente, pero esto es un sufrimiento creado por nuestro ego inferior.
Pareciera que así seguimos escogiendo la antigua ruta de sufrir para aprender
cuando ya esto no es necesario en la nueva realidad cuántica que debemos
integrar, en la que la ausencia de fronteras nos permite crear nuestros propios
escenarios.
Adecuarnos a la nueva vibración planetaria
supone dejar atrás un cargamento de apegos, dependencias emocionales, patrones
mentales, creencias, en fin, actitudes que deben cambiar en función de los
nuevos paradigmas que se van gestando en nosotros a medida que decidimos darle
un giro a los antojos de nuestro ego personal que ahora se está abriendo a
recibir la sabiduría que desde nuestro nivel superior le está siendo
alimentada.
La graduación hacia nuevos
niveles es ahora colectiva, almas afines se han venido encontrando para dar
juntos este salto cuántico, y en este sentido es importante reconocer que cada uno
de nosotros es un holograma de la totalidad, somos fractales del universo hacia
donde nos dirigimos, pero se hace necesario revisar en que universo estamos en
lo individual y hacia donde se dirige nuestra intención, porque es justamente
la falta de coherencia entre lo que realmente somos y lo que creemos que somos
lo que está creando el caos que no nos permite crear la unidad de conciencia
que tanto buscamos.
Para pasar del universo actual a
uno nuevo es necesario atravesar el puente de la creación consciente de la
nueva realidad, pero esto supone desnudar el ego de todas las creaciones
ilusorias y las falsas apariencias que ayer mantuvimos como verdad, y que la
sociedad nos mantuvo prisioneros de ella como requisito indispensable para
nuestra supervivencia.
Atravesar desnudo el puente para
reconocerse mejor a si mismo es el trabajo básico y primordial en este proceso
ascensional, y solo puede ser realizado en un solo tiempo y espacio ¡en el aquí
y ahora!
Aprovechemos este momento y
démonos la oportunidad de abrir juntos la gran puerta hacia un nuevo universo.
Con amor y bendiciones,
Miriam Coronado
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