Hace poco
escuché un comentario hecho por Roberto, un audaz y
perseverante comerciante -“no se porque, pero siempre veo que las
personas que están en esto de lo espiritual y la
sanación casi nunca están solventes”. A partir de
ahí empecé a repasar lo que ciertamente he ido
escuchando a varias personas que integran este campo y he observado con
atención los diferentes escritos acerca del tema en que se
recomiendan afirmaciones, mandalas y actividades que conllevan mensajes
de sanación para la prosperidad.
En atención a
ello siento que se hace necesaria una constante
auto-observación que nos permita reconocer en donde
está el “nudo personal” que necesitamos desatar para liberar
nuestro poder material atrapado precisamente por nuestra
“espiritualidad”.
Entre otras cosas
podríamos preguntarnos por ejemplo
¿Cómo fue mi despertar espiritual? Encuentro
personas que despertaron luego de tener cuantiosas pérdidas
y que antes habían tenido buen auge económico, lo
que identifican como un verdadero derrumbe -¡y cuando estaba
en mi mejor momento! refirió Luís Enrique, uno de
los encuestados. Silvia y Oscar refieren que luego de fuerte enfermedad
encontraron asistencia en lo espiritual y a partir de allí
entraron en su formación como sanadores. Otro grupo
manifestó que ésta es su misión y como
tal a eso se dedican. El común denominador que encuentro en
ellos es su gran dedicación a la labor que desarrollan y su
actual dificultad económica, lo que parecen ser dos fuerzas
antagónicas de difícil equilibrio.
Esa “aparente dualidad”
pareciera no ser mas que, en estos casos,
el resultado de una “indecisión y falta de acuerdo del ego
con la realidad”, por lo que tal separación pudiera deberse
a la grabación subconsciente que la pérdida
dejó, bien sea de salud o económica, y que en su
momento fue la puerta de entrada con lo espiritual o el camino sanador.
Esta grabación pareciera mantener atrapada la creencia de
que la pérdida fue la llave que abrió este
despertar y por eso se va creando una resistencia a obtener ganancias
materiales por el temor a perder la ganancia espiritual.
Otra causa
podría deberse al trauma generado por la pérdida
económica en si, lo que ha generado “miedo a ganar” lo
material por el “miedo a perderlo” después.
Muchas otras causas
podríamos enumerar, tales como las creencias,
desvalorizaciones, patrones de limitaciones económicas que
se crearon generalmente en nuestra infancia, votos de pobreza
ancestrales heredadas y/o de vidas pasadas, que han quedado grabadas en
nuestras memorias celulares, pero lo más importante es
¡liberar el nudo emocional/mental de esta vida! que mantiene
bloqueada la capacidad de manifestación de nuestro poder
material, y que por supuesto va bloqueando poco a poco nuestros centros
de energía, sobre todo el básico, en donde nos
conectamos también con el placer de vivir.
Es conveniente siempre
recordar que somos chispas espirituales desde el principio de la
creación, es el ego el que viene a manifestar e integrar
nuestros valores espirituales ¡que ya somos! y a veces le
cuesta aceptarlos y realizarlos. Entonces por qué tanto
miedo a perder ¡Si lo tenemos todo aunque no nos pertenezca
nada!
¡Levantémonos
del letargo y rescatemos nuestro poder material recordando siempre que
la verdadera espiritualidad habita en el corazón, y ella,
como dijera aquella vieja canción, ni se compra ni se vende!
Con
amor y bendiciones,
Miriam Coronado
Fuente:
Periódico Canal de Luz
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