EL ELEFANTE ENCANDENADO
Autor Anónimo |
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Has visto alguna vez un elefante en el circo?
Durante el espectáculo el enorme animal da demostraciones de
descomunal fuerza. Más, antes de entrar en escena, permanece
preso, quieto, contenido solamente por una cadena que aprisiona una de
sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.
La estaca es solo un pequeño pedazo de madera. Y aunque la
cadena fuese gruesa, parecería obvio que él, que
sería capaz de derrumbar un árbol con su propia fuerza,
también podría arrancar la estaca con facilidad y
salir huyendo.
Y porque el elefante no huye?
Pregunté a un entrenador, el cual me explicó que el
elefante no escapa porque es amaestrado. Seguidamente la pregunta
obvia: Entonces, por que lo encadenan? -no hubo respuesta!
Algunos años después descubrí para suerte
mía, a alguien que había sido lo bastante sabio como
para encontrar la respuesta adecuada:
EL ELEFANTE DE CIRCO NO ESCAPA PORQUE FUE ATADO A LA ESTACA DESDE MUY PEQUEÑO.
Cerré los ojos e imaginé por un momento al pequeño
elefantito recién nacido atado tirando, tratando de soltarse, y
que a pesar de todo su esfuerzo no podía escapar. Aquella estaca
era mucho para él; el elefantito lo intentaba una y otra vez,
tiraba, tiraba y nada…
Después de algún tiempo, intentando por días
liberarse de su atadura, ya cansado, aceptaría su destino:
permanecer preso a la estaca, balanceando su cuerpo de aquí para
allá, eternamente, esperando tan solo la hora de entrar en el
espectáculo.
Entonces, aquel
ELEFANTE enorme no se suelta porque acepta simplemente que no puede soltarse, y jamás volverá a poner a prueba su fuerza.
Eso muchas veces nos pasa a nosotros! Vivimos acreditando en un
montón de cosas que no podemos tener, que no podemos ser, que no
vamos a conseguir, simplemente porque, cuando éramos
pequeños inexpertos escuchamos tantos no, que ciertamente nos
encadenaron a la estaca y quedo gravada en nuestra memoria con tanta
fuerza que aceptamos que “siempre fue así”. De
vez en cuando sentimos las cadenas y confirmamos el estigma “no
puedo”, “nunca podré”, “es mucho para
mi”.
La única manera de intentar de nuevo, es no tener miedo de
enfrentar las barreras y reventar las cadenas.
ATREVETE!!…Aún puedes hacer más de lo que crees en
tu vida.
Fuente: A Voz do Leigo
enero de 2009
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