En la sabiduría tradicional de muchas culturas se puede encontrar una
creencia bastante extendida referente al olvido de los ancestros, esta amnesia
de los antepasados, acarrea consecuencias negativas para un individuo y en
muchos casos origina problemas concretos en el desarrollo de nuestra existencia.
Dicho esto, te preguntarás, ¿que implica olvidar los ancestros? La
primera respuesta sería: no reconocer la importancia que ellos tienen en nuestra
vida, este no es principalmente un reconocimiento mental, es una actitud
emocional y afectiva hacia ellos. Dicho de otra manera seria: desconocer las
implicaciones que tiene en nuestra vida el árbol genealógico o la herencia
transgeneracional.
Hablar de olvidos desde el punto de vista psicogenealógico es referirse a
un conjunto de experiencias pertenecientes a nuestro árbol que el miedo al
sufrimiento y la falta de afecto hacen silenciar con el tiempo. En la palabra
olvido podemos incluir las siguientes situaciones: injusticias cometidas contra
un ancestro, marginación de un miembro del árbol, como por ejemplo la oveja
negra o el chivo expiatorio que carga con una la sombra colectiva y obviamente,
los secretos familiares.
Un tipo de olvido muy común en nuestros días es lo que se llama "luto no
elaborado" o el muerto no enterrado, este se convierte en un fantasma para
nuestra psiquis, que viven en nuestra alma y crea sombras, tristezas y
trastornos. Como ejemplo de ello podemos mencionar a los fusilados y asesinados
durante la guerra civil y que nunca recibieron debida sepultura y honra.
En mi consulta en España y Argentina hay muchos problemas que se originan
en la tragedia de la guerra civil española. Incluso hay nietos de desaparecidos
en el 36 que desaparecieron durante la cruel dictadura Argentina de los años 70.
Unas de las causas de los olvidos son las repeticiones de vivencias similares a
través de varias generaciones.
Recordemos que tradicionalmente, un muerto se convierte en un ancestro
cuando ha sido debidamente enterrado, debidamente despedido y honrado.
Cuando nos iniciamos en el trabajo con el árbol genealógico, nos
iniciamos en la recuperación de la memoria de nuestros ancestros y en un proceso
psicoespiritual sanador. Esa recuperación implica poder encontrar significado a
las experiencias vividas por lo miembros de nuestro árbol genealógico y ver en
el entramado de generaciones toda una gesta, épica que tiene un sentido
evolutivo, si lo enfocamos desde un punto de vista amplio y espiritual. Así
pues este proceso de encuentro con los ancestros puede convertirse en todo un
viaje heroico donde hay secretos, tesoros escondidos, dragones, brujas y hadas
madrinas, héroes y villanos, (donde no sobra nadie) repartidos a lo largo de
varias generaciones y que también viven en nuestra psique.
La psicogenealogía trabaja bajo la premisa, de que hay pocas cosas tan
sanadoras como el proceso de recuperar la memoria de nuestros ancestros. Es, lo
que nos otorga un verdadero sentimiento de pertenencia, que es camino hacia
otras pertenencias más amplias, como el sentimiento de tener un lugar en la
sociedad o el sentimiento de universalidad espiritual. Usted se preguntará ¿cómo
uno sí reconecta con su memoria ancestral? La mejor manera es con la
representación del árbol genealógico que seguramente inspirará el camino a
seguir a través psicorituales, representaciones para evocar el alma familiar o
constelaciones, además de otras herramientas creativas.
El dibujo de nuestro árbol genealógico nos ayuda a tomar conciencia del
lugar que ocupamos en el y sirve de inspiración para ampliar nuestro punto de
vista de cómo es nuestra memoria ancestral, donde hay memoria, donde no la hay,
que episodios han sido silenciados originando secretos o que personajes han sido
marginados y olvidados. Todo árbol es una mezcla de dos tipo de fuerzas, las que
nos estructuran, que podríamos llamar bendiciones que nos llegan de nuestros
mayores y las desestructurantes que son las que hemos mencionado anteriormente
como ejemplos de olvidos.
La psicogenealogía trabaja como mínimo con tres generaciones, hijos,
padres y abuelos, aunque muchas personas pueden incluir a sus bisabuelos o
tatarabuelos quienes también poseen las claves para entender aspectos de nuestra
vida e impulsar los resortes que ponen en movimiento nuestro
crecimiento.
Así la psicogenealogía trabaja con la herencia psíquica, emocional y
física que recibimos de varias generaciones anteriores a nuestro nacimiento y
esa transmisión de denomina herencia transgeneracional.
Realmente no somos producto de una generación espontánea, nuestro ser
actual se ha ido gestando a lo largo de varias generaciones y dentro de nosotros
llevamos muchas de las vivencias de nuestros antepasados.
Como hemos visto muchos de nuestros problemas y obstáculos se deben a
secretos familiares o experiencias inconclusas que hemos heredado, otras son
repeticiones ciegas que se han ido trasladando de generación en generación
incluso repeticiones en las mismas edades y fechas de manera muy sorprendente.
Recordar y tomar conciencia de las implicaciones de nuestro árbol es asumir la
realidad de que "somos mucha más que uno mismo". Que podemos desarrollar una
necesaria conciencia transgeneracional.
Fuente: http://dc226.4shared.com/doc/CDaoidkP/preview.html
|