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Creo
que es relativamente sencillo en un paraje lleno de naturaleza en pleno
esplendor, disfrutar y reconocer el silencio. Se acercan a tus
oídos pequeñas notas creadas por pájaros
maravillosos que disfrutan de un aire limpio. Quizá el sonido
lejano de niños jugando o de maquinaria de campo. En un paraje
donde los árboles, la montaña, los animales, el cielo y
el agua son los protagonistas es fácil disfrutar del silencio
lleno de sonidos suaves como el viento.
Sin embargo hoy quise probar a añadir un silencio más: el
de mi voz. A veces creemos que eso no es posible pero es mucho
más fácil de lo que parece. Te das cuenta que puedes
contestar con muchas menos palabras que las que empleas normalmente,
que las sonrisas hablan por si solas, que puedes asentir (o no) y ser
entendido, que, en el fondo, no necesitamos hablar tanto como solemos.
Así que guardé silencio y con él vino otro
silencio más profundo, interno, que crecía desde dentro y
se extendió hasta salir fuera de mi cuerpo.
No sé exactamente cuánto tardé en cambiar mi tipo
de silencio. En un momento pasé de escuchar pájaros,
viento y risas a escuchar otro tipo de sonido: el de mi corazón,
el de mi respiración. Descubrí que, en silencio, era
capaz de escuchar el sonido de mi vida. Mi mente, callada, me
permitía tomar consciencia de mi, de mi cuerpo y, con ello, pude
sentir realmente, sin juicios, sin interpretaciones. Solamente sentir.
Porque tras escuchar un tiempo tu corazón te das cuenta que
puedes saber exactamente cómo se siente y cuánto
ama. Y siempre ama más de lo que creemos.
Porque tras escuchar tu respiración seres capaz de sentir
cómo respiras y cómo se siente tu cuerpo con ello.
Y siempre puedes respirar más hondo, más profundo, con
más amor. Porque tras escuchar el sonido del silencio
puedes escuchar a tu Ser y sentir todo el amor que la vida desprende
cada minuto de nuestra existencia y el gran regalo de sentir la
vida en las venas, en el corazón. No se si querrás
intentarlo pero si lo haces, llegará el sonido del silencio a
ti, a tu mente, a tu alma y, entonces, sólo entonces,
podrás escucharte a ti, a quien realmente eres, sin etiquetas ni
creencias. Solamente (e infinitamente) TÚ.
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*Terapeuta
en Técnica Metamórfica, Reiki, Hipnosis. Terapias
manuales. Diplomada por la A.E.D.H.E. y por la Federación
Española de Gimnasia.
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septiembre de 2015
Rev.
Dig. UNIVERSO
Nueva
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