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CÓDIGOS DE LUZ,
CÓDIGOS DE LA CREACIÓN
Por Martha Rossenthal - Caracas, Venezuela
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Desde
hace veinticuatro años, he sido instruida por inteligencias
superiores en diversidad de temas, todos ellos de un conocimiento
inédito en nuestro planeta Tierra. En la profundización
de las enseñanzas que los viajeros del universo nos facilitan,
hemos sido intensamente entrenadas en el tema de los códigos,
término que en algunos aspectos se ha convertido en moda.
Pero no es este el caso, aquí les hablare de códigos de luz, códigos de la creación.
Todo, absolutamente todo lo que existe, desde una ameba hasta un
sistema cósmico, están conformados por códigos, si
bien estos no son todos iguales. Con esto quiero decirles que todo
cuanto existe está codificado.
Cuando se analiza el tema, encontramos que estos corpúsculos son
programas lumínicos, infinitos corpúsculos de luz
colocados para un óptimo funcionamiento que, al actuar sobre el
cuerpo físico, sanan las distorsiones que puedan tener.
Cuestión de saber cómo utilizarlos, pues ellos son
perfectos pero pueden ser modificados a través de
técnicas de luz, color, vibración y sonido ya que
sin ellos no hay funcionalidad de nada de lo que vive en el
planeta.
Su configuración se inicia con movimientos de variados niveles
de aceleración y el código que realiza esta
función conoce y registra ese aumento de velocidad para poder
regular la luz o vibración en la que se maneja.
Conocemos códigos generales, otros específicos y
otros individuales. Por ejemplo como códigos generales la mujer
tiene los mismos códigos que el hombre, como códigos
específicos ella tendrá los de la procreación
integrando todos los órganos y glándulas que para ello se
requiere y como códigos individuales, cada una de las mujeres
tendrá los hereditarios de vidas pasadas. En cambio el hombre,
como códigos específicos tendrá los de ser hombre,
lo que involucra no solo los aspectos genéticos hormonales sino
los emocionales, pero como códigos individuales, cada uno de
ellos está sembrado de códigos que trae de vidas
anteriores.
Por ejemplo, un hombre escritor y uno boxeador o un campesino, tienen
exactamente los mismos códigos. No. Sólo tienen iguales
los generales, pero no los específicos o los individuales.
Cuando estos corpúsculos del código se deterioran, pueden ser reactivados por diversos métodos.
Esos códigos están todos ubicados en lo que conocemos
como cuerpo de luz, ¡alto! no hablo del aura, es totalmente
diferente. Esos códigos se ven en forma esférica
pero internamente su actividad funcional es en forma de espiral o
hélice. ¿A qué se debe esta forma? Pues que la
espiral es la matriz universal.
Admito que es un tema absolutamente fascinante cuando se profundiza en
él, reconozco que es profundo y complejo, pero también
acepto que muy pocos temas han llamado tanto mi atención como
este, razón por la cual comparto con algunos científicos
este conocimiento y ahora con uds. lectores de esta revista. |
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mayo de 2016
Rev Dig UNIVERSO Nueva
Era
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